Manejo de la endometriosis: opciones de tratamiento
*Traducción: Carolina Tafur
La endometriosis es una enfermedad crónica inflamatoria que afecta a 1 de cada 10 personas y, aún así, las opciones de tratamiento son limitadas (1). Los síntomas físicos de la endometriosis se pueden manejar, pero no existe una cura de la enfermedad. Con frecuencia, los síntomas de la endometriosis persisten después de la menopausia.
Para muchas personas, hay diferentes formas de tratamiento para el manejo de los síntomas de la endometriosis. Los síntomas más comunes de esta enfermedad son el dolor pélvico (que puede ser crónico o cíclico) o la dismenorrea (menstruación dolorosa). Algunas personas padecen dolor durante las relaciones sexuales, al orinar o con los movimientos intestinales (1).
Las opciones de manejo disponibles pueden ser hormonales, no hormonales y/o quirúrgicas, dependiendo de los síntomas y objetivos de cada persona.
Medicamentos AINEs
Los AINEs (medicamentos antiinflamatorios no esteroideos) son un grupo de medicamentos que se usan para tratar el dolor y reducir la fiebre y la inflamación. Estos medicamentos están disponibles bajo muchos nombres, fórmulas y dosis, incluyendo aspirina e ibuprofeno. A menudo, los AINEs son de venta libre y pueden ayudar a disminuir el dolor, particularmente en las personas que experimentan síntomas leves a moderados de dismenorrea y dolor pélvico (2).
Los medicamentos contra el dolor pueden ser la manera más efectiva de tratar la endometriosis para las personas que quieren quedar en embarazo, ya que los anticonceptivos hormonales y otros medicamentos que contienen hormonas previenen la concepción. Si estás intentando quedar en embarazo, es mejor evitar los AINEs selectivos fuertes, ya que estos pueden interrumpir o prevenir la ovulación (3-5).
Terapia hormonal
Se pueden usar medicamentos que contienen hormonas para tratar los síntomas de la endometriosis. Hay muchos medicamentos diferentes que contienen hormonas, todos igualmente efectivos en el manejo de los síntomas de la endometriosis. Por consiguiente, el tratamiento hormonal debería basarse en el medicamento que sea más seguro, tolerable y rentable para cada persona (6, 7).
Con frecuencia se prescriben y usan los anticonceptivos hormonales ya que no son costosos, son de acceso inmediato (en muchos países) y, por lo general, las personas los toleran bien (6). El único factor limitante de este método es si la persona está intentando quedar en embarazo (8).
Anticonceptivos hormonales combinados
Con frecuencia se prescriben los anticonceptivos hormonales que contienen estrógeno y progestina (tales como los tipos más comunes de píldoras anticonceptivas, y el anillo vaginal y el parche) para las personas que tienen endometriosis (6).
Los anticonceptivos hormonales combinados pueden prevenir o disminuir el dolor de la endometriosis al inhibir la ovulación y el ciclo reproductivo hormonal natural, y al reducir el tejido endometrial, promoviendo la muerte de este tipo de tejido por fuera del útero e impidiendo su proliferación (9,10).
El uso de los anticonceptivos hormonales detiene el crecimiento y desprendimiento típicos del revestimiento uterino, y los picos y valles de hormonas que causan la proliferación y el crecimiento del tejido endometrial. Este tratamiento puede contribuir a la reducción o prevenir el dolor pélvico, la dismenorrea, o el sangrado menstrual excesivo de la endometriosis (11).
Los anticonceptivos hormonales combinados se pueden usar para prevenir el dolor de la recurrencia después de la cirugía (la cual, desafortunadamente, no siempre sirve para eliminar el dolor de la endometriosis) (11).
Se pueden recetar anticonceptivos orales de administración cíclica (tomar las píldoras anticonceptivas que incluyen píldoras de placebo o días libres de píldoras para tener un sangrado por deprivación una vez al mes) o continua (tomar píldoras activas todos los días y no tener un sangrado por deprivación mensual).
El uso continuo de anticonceptivos hormonales después del tratamiento quirúrgico de la endometriosis puede ser más efectivo para prevenir la recurrencia de dismenorrea y dolor pélvico, al detener el sangrado uterino por completo (8,9).
Anticonceptivos de solo progestina
Las terapias basadas en anticonceptivos de solo progestina también se usan como opción de tratamiento de la endometriosis. Los tratamientos hormonales de progesterona son especialmente populares, ya que alivian el dolor para 3 de cada 4 personas (8). Los DIUs de progestina son otra opción de anticonceptivos para ayudar a tratar los síntomas de la endometriosis, entre ellos la dismenorrea, y pueden también contribuir al retroceso de la enfermedad (12-14).
Terapia de supresión hormonal
Agonistas y antagonistas de GnRH
Los medicamentos que bloquean la conexión hormonal entre el cerebro y el ovario se usan para prevenir los cambios cíclicos hormonales del ciclo menstrual. Estos incluyen los agonistas y antagonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH).
La GnRH es una hormona que se produce en el cerebro y ayuda a indicar a los ovarios que produzcan estrógeno. Estos medicamentos detienen esta señal mediante el bloqueo o acoplamiento competitivo con los receptores de GnRH. Sin esta señal, los ovarios no producen estrógeno, no se forma un folículo dominante y la ovulación no ocurre. Sin el estrógeno, el endometrio (el revestimiento interno del útero) no crece o prolifera, y de igual manera se comporta el tejido endometrial que se encuentra por fuera del útero.
Estos medicamentos ponen al cuerpo en un estado hipoestrogénico (bajo estrógeno), que puede tener algunos efectos secundarios como calores, resequedad vaginal, camibios en el estado de ánimo y pérdida de la densidad mineral ósea (12,15). Las terapias de "recuperación" de estrógeno para evitar estos efectos secundarios pueden ser administradas al mismo tiempo que los agonistas de GnRH (12).
Tratamientos quirúrgicos
Cuando los medicamentos no reducen los síntomas efectivamente, la remoción quirúrgica del teijdo endometrial es una opción. Con frecuencia la cirugía se hace por laparoscopia. La cirugía laparoscópica es un procedimiento mínimamente invasivo que se realiza a través de pequeñas incisiones en el abdomen o la pelvis.
La cirugía por laparoscopia se usa para el diagnóstico de la endometriosis, así como para tratarla, cortando y retirando (extirpación) o destruyendo (ablación) el tejido endometrial. El objetivo es tratar la causa estructural del dolor de la endometriosis al retirar o destruir el tejido endometrial que se encuentra por fuera del útero, así como reparar cualquier daño causado por la endometriosis en órganos o tejidos afectados (16).
Cuando la endometriosis es severa y compromete varios sistemas de órganos (como los intestinos y la vejiga), procedimientos quirúrgicos más complejos y drásticos pueden ser considerados (16).
A menudo, las personas que padecen endometriosis eligen someterse a estos procedimientos no solo para disminuir el dolor, sino también para mejorar la fertilidad, si tienen problemas para quedar en embarazo. Al reducir el dolor y mejorar la fertilidad, la cirugía laparoscópica ayuda a muchas personas con endometriosis (16).
Otros tipos de cirugía, ablación nerviosa o una neurectomía, sirven para aliviar el dolor mediante la destrucción de las rutas nerviosas que trasmiten las señales de dolor desde la columna vertebral hasta la pelvis (16). Sin embargo, estas cirugías acarrean riesgos adicionales y no ofrecen mayores beneficios en comparación con la cirugía laparoscópica convencional (11).
La remoción quirúrgica del útero (histerectomía): un último recurso
Una histerectomía puede incluir la extirpación de los ovarios o dejarlos en su lugar, previniendo así un inicio prematuro de la menopausia (1). El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos recomienda que la histerectomía solo sea considerada como una opción de tratamiento cuando previos tratamientos quirúrgicos y médicos no hayan funcionado y para quienes no estén buscando quedar en embarazo (1).
Estos tratamientos quirúrgicos no garantizan alivio del dolor. Es normal que después de la primera cirugía laparoscópica sean necesarias otras intervenciones (1,17). Un estudio reveló que después de un seguimiento de siete años, el 58% de las personas con una cirugía laparoscópica previa, requirieron una nueva intervención (17). En comparación, entre las personas que se sometieron a una histerectomía y conservaron sus ovarios, solo un 23% necesitó una nueva operación, y solo un 9% de las personas que tuvieron una histerectomía de útero y ovarios se sometieron a una nueva cirugía (17).
Tratamientos alternativos o cambios en el estilo de vida
Los tratamientos alternativos o complementarios contra la endometriosis son limitados.
La acupuntura ha mostrado resultados al reducir la dismenorrea asociada a la endometriosis, pero no hay investigaciones suficientes que permitan sacar conclusiones firmes (18,19).
Aunque las elecciones nutricionales parecen tener un impacto en muchas patologías, hasta el momento hay poca evidencia que se enfoque en la endometriosis y la dieta. Un estudio reveló que las personas que consumen más vegetales verdes y frutas frescas, tienen menor riesgo de sufrir de endometriosis en comparación con las personas que consumen grandes cantidades de carne (20). Cuando se comparó el consumo de café, alcohol, leche y otros productos alimenticios, no se observaron tasas diferentes de endometriosis (20). Sin embargo, aún se necesita más investigación en este campo.
Estos tratamientos y terapias son complejos, y no debes afrontarlos sin buscar ayuda. Comunica claramente a tu proveedor de servicios de salud cómo están mejorando tus síntomas y si estás experimentando efectos secundarios. Puede que debas probar cosas diferentes antes de encontrar el plan de manejo que mejor se ajuste a tus necesidades.
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