Evidencias genéticas sobre el trastorno disfórico premenstrual (TDPM)
*Traducción: Kenny Rafael Delgado Arismendi
Las personas experimentan cambios positivos y negativos en el curso de su ciclo menstrual. Los cambios físicos, mentales y emocionales son causados por las fluctuaciones naturales de las hormonas durante el ciclo, en particular el estrógeno (estradiol) y la progesterona. Estas hormonas, particularmente la progesterona, se elevan durante la segunda mitad del ciclo menstrual, conocida como la fase lútea (1-3).
Las personas con síntomas premenstruales severos (que interfieren con la vida diaria) pueden ser diagnosticadas con el trastorno disfórico premenstrual (TDPM) (1-3). El TDPM difiere de otras afecciones psiquiátricas, como el trastorno de ansiedad generalizada, en que los síntomas están vinculados directamente a las fluctuaciones de las hormonas reproductivas, y el diagnóstico suele requerir que las personas experimenten esos síntomas predominantemente durante la fase lútea tardía (1-3). Las opciones de tratamiento para el TDPM se limitan a los medicamentos que modifican la liberación de hormonas, como los inhibidores de la ovulación, o tratan los síntomas, como los antidepresivos (2,3). En un sentido amplio, el TDPM se asocia con una sensibilidad a las hormonas reproductivas, pero no se entiende por qué existe esta sensibilidad y si es la causa fundamental del TDPM (2,3).
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En enero de 2017, la revista Nature publicó el artículo El complejo ESC/E(Z), sobre un activador de respuesta a los esteroides ováricos que manifiesta una diferencia intrínseca en las células de las mujeres con trastorno disfórico premenstrual. En este estudio, los investigadores investigaron cómo las células de las personas participantes con TDPM y sin TDPM (es decir participantes de control) respondieron a la exposición al estradiol y la progesterona (4).
En resumen, estos investigadores encontraron que las células de las personas con TDPM reaccionaron de manera diferente a las de los participantes de control cuando se expusieron al estradiol y a la progesterona (4). Estos es una buenas noticia, ya que apoya la idea de que el TDPM está ligado a un comportamiento genético observable dentro de las células.
Con más detalle, los investigadores examinaron si la cantidad de ARNm y la cantidad de expresión de proteínas eran diferentes en las personas participantes diagnosticados en comparación con los controles. El ARNm es una molécula que se utiliza para llevar la información de su ADN en el núcleo a otras partes de la célula con el fin de hacer proteínas. Los investigadores pueden aprender qué genes se leen del ADN estudiando el ARNm. A veces, cuando un gen se lee en grandes cantidades, esto puede significar que hay una gran cantidad de expresión de proteínas. A veces sucede lo contrario, y pueden producirse bajas cantidades de expresión de proteínas a pesar de la lectura de los genes (4).
En este estudio, los investigadores mapearon cerca de 13.000 genes por grupo de participantes. Encontraron que las células expuestas al estradiol tenían más de 1.300 genes de expresión diferencial y las expuestas a la progesterona tenían 643 genes de expresión diferencial (4, cifras suplementarias).
Los investigadores estaban particularmente interesados en un grupo de 13 genes (es decir complejo genético) llamado peine sexual extra y potenciador del zeste (ESC/E(Z)). La ESC/E(Z) es importante porque está asociada con las importantes regiones del cerebro relacionadas con el estado de ánimo, los neurotransmisores ácido gamma-aminobutírico (GABA) y a la serotonina, que controla sueño, estados de ánimo y estrés (4).
Aquí, los investigadores encontraron que los niveles de ARNm para los genes ESC/E(Z) eran significativamente más altos para entre 2 y 4 genes. La mayoría de los genes tenían tasas de expresión no significativamente más altas en los participantes con TDPM que en los controles (4). Aunque uno esperaría que estos altos niveles de ARNm significaran que las personas participantes con TDPM tuvieran niveles más altos de proteína, ocurrió lo contrario, y hubo menos proteínas creadas a partir de estos genes (4).
Además, la expresión genética de algunos genes ESC/E(Z) difirió en las células de las personas participantes con TDPM y las personas participantes de control cuando se expusieron a la progesterona y el estradiol (4). Las células de las personas participantes de control experimentaron un aumento significativo en la expresión de 3 genes ESC/E(Z) cuando se expusieron a la progesterona, mientras que la expresión de estos 3 genes en las células de los participantes con TDPM no cambió significativamente en las mismas condiciones. Cuando las células de las personas que participaron fueron expuestas al estradiol, la expresión de un gen ESC/E(Z) disminuyó significativamente en las células de las personas participantes con TDPM, pero aumentó de manera no significativa en las células de las personas participantes de control (4). Otras diferencias entre los niveles de expresión de los genes diferían independientemente de la estimulación a las hormonas reproductivas (4).
Los investigadores también realizaron un análisis llamado análisis de vías, que ayuda a identificar grupos de genes relacionados con un proceso o evento biológico, como una enfermedad (5). Utilizando análisis de vías, las investigaciones de este estudio encontraron que los procesos de los genes ESC/E(Z) están altamente vinculados con los del estradiol y la progesterona. El gen específico de la ESC/E(Z), HDAC2, se identificó como particularmente importante, ya que está conectado tanto a las hormonas reproductivas como a la mayoría de los genes de la ESC/E(Z). Se necesitan más investigaciones para ver si el mal funcionamiento del HDAC2 está directamente asociado con los mecanismos causales del TDPM, ya que podría ser un vínculo importante entre los síntomas del TDPM y las hormonas reproductivas (4).
Aunque los resultados de este estudio son emocionantes, no son definitivos y se necesitan más estudios para confirmar estos hallazgos. Un problema importante en el diseño del estudio fue que el tipo de células utilizadas por el equipo de investigación no son el tipo que se encuentra en el cerebro (4). El tamaño de la muestra también fue pequeño, y se realizaron muchos experimentos en las mismas células, por lo que es posible que los hallazgos sean accidentes estadísticos (4).
Otras razones para realizar futuros análisis serían ver si los cambios que existen entre los participantes con TDPM y los controles causan TDPM, o son causados por TDPM. Además, sería interesante ver cómo otras variables, como el tabaquismo o la dieta, afectan a esta relación, sobre todo teniendo en cuenta cómo se relacionan el estrés y la inflamación con el TDPM (2-4).
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