Tamaño del pene: normas biológicas vs. expectativas sociales
Traducción: Carolina Tafur
Cuando pensamos en penes, lo primero que se nos viene a la cabeza probablemente son las palabras "grande" o "pequeño". Como con los senos, las características del pene van más allá de un binario de tamaño.
Los genitales masculinos externos son el pene y los testículos. El pene se define como el órgano eréctil de copulación a través del cual se expulsan la orina y el semen del cuerpo. Es decir, el pene es la parte del cuerpo que tiene una función sexual y que excreta el producto de la eyaculación y la orina. Los testículos se definen como las dos glándulas reproductoras masculinas que producen espermatozoides y secretan testosterona. Coloquialmente, se les conoce como "huevos" o "bolas", y están contenidos dentro del escroto (1, 2).
En lo que respecta a la estética de los genitales masculinos, las personas se enfocan principalmente en la circuncisión y el tamaño del pene.
Circuncisión
La circuncisión es la extirpación del prepucio (la barrera protectora de la punta del pene) por motivos culturales, sociales, médicos o religiosos (por lo general judíos y musulmanes). De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la circuncisión es probablemente el procedimiento quirúrgico más común a nivel mundial.
Este procedimiento simple generalmente se practica en la infancia y es común en los Estados Unidos, Canadá, África Occidental, Australia y Nueva Zelanda, donde 8 de cada 10 hombres están circuncidados. La circuncisión en adolescentes y adultos es más complicada pero es posible cuando se practica en un contexto médico adecuado (3).
La circuncisión es tan común en los Estados Unidos que por lo general se estigmatiza a los penes no circuncidados. En comparación, el número de personas circuncidadas en Europa y Suramérica es menor a 2 de cada 10 (3).
Se ha cuestionado la ética y necesidad de la circuncisión. Algunas personas creen que puede ser una violación a los derechos humanos (dado que no hay consentimiento por parte de los infantes) y se exige una mayor transparencia sobre los beneficios médicos del procedimiento. Debido a que la extirpación del prepucio es casi universal en EE. UU., padres y madres también temen que si su hijo no está circuncidado, sufrirá la estigmatización asociada, como burlas en situaciones sexuales o en vestuarios.
Sin embargo, las investigaciones han demostrado que la circuncisión tiene beneficios para la salud; posición que cuenta con el respaldo de la OMS y los CDC. Las investigaciones muestran que los hombres circuncidados tienen 60% menos probabilidades de contraer el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) de una pareja infectada y también están más protegidos contra otras ITS, incluyendo el virus del papiloma humano (VPH) y el herpes genital (4). La evidencia muestra que las propiedades de la cara interna del prepucio presentan una mayor susceptibilidad de contraer la infección del VIH (5, 6). Adicionalmente, los estudios muestran que las parejas femeninas de hombres circuncidados tienen un menor riesgo de contraer el virus del papiloma humano (VPH) y vaginosis bacteriana (7).
Otras preocupaciones sobre la circuncisión aluden al temor de experimentar una reducción en la función, sensibilidad y/o placer sexual en el pene, pero la mayoría de estudios muestran una diferencia mínima, lo cual sugiere que estos factores dependen en gran medida de las experiencias individuales (8–10).
La identidad étnica, las creencias religiosas, las normas sociales y los beneficios sexuales y de salud aparentes son los factores principales detrás de la circuncisión (3). De manera controvertida y prevalencia variable a nivel global, el comportamiento sexual y la disposición social son los principales elementos que se consideran sobre el prepucio. Mantener una buena higiene del pene y practicar sexo seguro ayudan a prevenir contra infecciones y enfermedades, y son prácticas necesarias, con o sin prepucio.
Las razones para hacerse o evitar la circuncisión varían. Nadie debería ser víctima de burlas por tener prepucio o no.
Tamaño
Los rasgos hereditarios y la evolución son factores determinantes de la variación del tamaño del pene, los cuales incluyen la elección femenina de pareja, los genes y la exposición fetal a algunas hormonas.
El largo del pene ha sido objeto de una obsesión histórica por la imagen corporal masculina. Un pene largo se asocia comúnmente con características tradicionalmente atribuidas al género masculino, como poder, dominación y fuerza. También se identifica como una herramienta de placer sexual superior (11). Se ha demostrado que el tamaño sirve como un factor psicosocial en muchas relaciones sexuales.
Sin embargo, contrario a la creencia popular sobre las relaciones heterosexuales, muchas personas perciben el grosor como un factor más importante para la satisfacción sexual, siendo la idea de "llenura" equiparable con la satisfacción física y psicológica. Otra razón para enfatizar la idea del grosor es el hecho de que la base del pene sirve como fuente de estimulación del clítoris y los genitales externos (12).
En las relaciones homosexuales masculinas, las personas con el pene generalmente más largo tienden a identificarse como "activos" (la persona que ejecuta la penetración anal), el rol aparentemente dominante. Las personas con penes más pequeños, tienden por lo general a identificarse como "pasivos" (la persona que es penetrada analmente), la posición aparentemente sumisa (13).
El tamaño del pene no debería determinar la experiencia sexual. Los genitales y sus características no deberían determinar la manera como una persona se comporta, siente y elige mostrarse (dentro y fuera del dormitorio). Recibir placer no se limita a un único objeto penetrante e implica otros factores como la intimidad, la posición, el ritmo y muchos más (14).
El tamaño no importa
Es tan grande o pequeño como quieras que sea. Circuncidado o no, todas las personas que tienen un pene deben tener una buena higiene y tener sexo seguro para una salud sexual óptima.
Además, las características de los genitales masculinos tienen un menor impacto en la atracción de las personas heterosexuales, siendo la personalidad y el cuidado personal externo las prioridades (11).
La atracción y el placer sexual dependen de muchas otras cualidades además de las características del pene, como el deseo sincero de satisfacer a la pareja, la comunicación de las necesidades personales, la conexión emocional, el respeto, la confianza, entre otros.