Parto y acompañamiento respetuoso: una mirada desde adentro
¿Cómo venimos al mundo? es posiblemente una de las preguntas que más información sobre nuestra persona puede brindarnos. El nacimiento es uno de los momentos de transformación más marcantes y punto esencial del desarrollo de un ser. El parto humanizado pone el foco en el cuidado amoroso de ese recorrido.
La información y el acompañamiento durante esa etapa permite a las personas gestantes ganar confianza para tomar las decisiones acorde a las necesidades de su embarazo. Por este motivo, esperamos que la siguiente entrevista a la partera Edith Diez inaugure un camino de autoconocimiento sobre esta importante experiencia vital.
Edith cuenta con más de una década de experiencia en hospitales, salas de atención primaria e instituciones privadas en Argentina. Posee un posgrado en procreación responsable, adolescencia y embarazo. En su profesión aboga por el respeto hacia el proceso fisiológico y emocional del parto, destacando la importancia del acompañamiento profesional.
¿Cuál es el rol que desempeña la partera en el trabajo de parto?
El trabajo de la partera in Argentina consiste en acompañar a la persona en toda su etapa reproductiva: haciendo seguimiento del ciclo menstrual y ayudando a elegir un método anticonceptivo. Y luego, por supuesto, desarrollando una actividad central: el acompañamiento del embarazo, el trabajo de parto y el parto. También asiste durante el postparto y el inicio de la lactancia. El servicio de salud público de Argentina cubre los controles a la semana y al mes del alta.
Son en su mayoría mujeres y existen desde que el mundo es mundo. Porque cuando llega el momento del nacimiento de un bebé la persona gestante está acompañada por otra, la obstétrica, partera, comadrona, midwife, Hebamme como sea llamada en cada idioma...
Hoy por hoy tienen una formación profesional y académica bastante amplia. La carrera de obstetricia ya lleva varios años dictándose en universidades y se desarrolla con el nivel académico de cualquier profesional de la salud.
¿Qué información básica debe tener una embarazada y su familia?
La persona embarazada necesita información siempre. Esta información puede proceder de distintos lugares. Uno de ellos es de la familia, porque la información es transmitida oralmente en reuniones, el relato de los partos se va pasando entre las mujeres de ese grupo.
Otra de las vías de información es el acceso a las nuevas tecnologías. Las gestantes apenas se enteran que están embarazadas empiezan a investigar y a leer un cúmulo de datos. Existen, además, aplicaciones donde pueden seguir su embarazo semana por semana. Finalmente, el equipo de profesionales de la salud aporta explicaciones a la largo de todo el embarazo.
Desde mi lugar de partera invito a todas a que descubran la propia información existente en su diario genético, su propio saber. Porque si no, corremos el riesgo de adoptar ciertos cánones que circulan como normales y habituales.
Tenemos que saber que somos todos individuos diferentes. Entonces, mi embarazo va transcurrir a mi manera.
¿Existe un protocolo diferente dependiendo del lugar donde se realice el parto, es decir, en un domicilio, en un centro de nacimiento o en el hospital?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dicta un protocolo básico (1) que muchas veces se contrapone a las estrictas medidas de los hospitales. Por ejemplo, los sueros y monitoreos de rutina que aplican estos últimos dificultan el movimiento libre de la persona gestante y condiciona su autonomía.
Es importante y es un derecho estar informada sobre cuáles son las medidas que las instituciones poseen. A partir de la implementación de la Ley de Parto Humanizado 25929 en Argentina, los sanatorios y hospitales están abiertos a recibir planes de partos consensuados entre la gestante y la obstetra.
El parto domiciliario posee un protocolo más dinámico y abierto a las necesidades de la embarazada: deambulación libre, posturas sin restricciones, hidratación y alimentación. Por eso se procede de una manera distinta que está vinculada con el uso del lenguaje y el silencio. Por ejemplo, si hay necesidad de realizar un tacto, pedimos permiso a la gestante. Además, proponemos diferentes posiciones para evitar el agotamiento, ofrecemos un banquito, una esfera inflable o una ducha.
¿Cuál es la fisiología del parto?
Se habla de fisiología para referir al normal funcionamiento del cuerpo. Dentro de los procesos fisiológicos del ser humano encontramos el deseo de alimentación y de hidratación, el deseo sexual y la necesidad de evacuación. El parto entra dentro de este esquema de situaciones en las cuales no media la voluntad.
De esta manera, el parto va a ser fisiológico porque cuando llega a término el embarazo el cuerpo va a desencadenar sensaciones y eventos como las “contracciones” para que el bebé nazca. Se establece una concordancia entre eventos que transcurren en la madre y eventos que la criatura promueve y provoca desde adentro del vientre.
Esos actos están influenciados en especial por la oxitocina. Esta hormona entra en funcionamiento en forma de cascada y produce las contracciones. Y así es como se desencadena en el cuerpo esta manifestación increíble y hasta milagrosa llamada parto o nacimiento.
Entonces, ¿el parto comienza con las contracciones?
Un trabajo de parto comienza cuando la gestante registra en su cuerpo las contracciones que son básicas y claras. Tienen la característica particular que es un calambre completo en el abdomen, una inercia del diafragma hacia abajo, posee una duración aproximada de un minuto y una regularidad de cada diez, siete o cinco minutos.
Las contracciones comienzan, transcurren y desaparecen. Luego de un descanso se repite esa secuencia. Y ese ritmo no cesa aumentando la intensidad y la regularidad. Por eso decimos, pasada algunas de esas secuencias, que la gestante ya está en trabajo de parto.
¿En qué casos los profesionales de la salud recomiendan una cesárea?
Existen causas absolutas y causas relativas. Una causa absoluta de cesárea resulta la placenta previa. Esto quiere decir que la placenta ubicada dentro del útero tiene que tener una ubicación en el fondo o en los laterales pero no en la base que es donde el cuello del útero se dilata para dar paso al bebé. Como esto no puede ser posible por el lugar que ocupa, se realiza una operación. Obviamente, los profesionales de la salud detectan previamente a través de una ecografía la ubicación de la placenta.
Existen unas tres o cuatro causas más, por ejemplo, operaciones previas en la madre que no son las cesáreas precisamente (operaciones de miomas o de tumores que ha tenido en el útero). Macrosomía fetal, o sea que el bebé esté por encima de los cuatro kilos y medio, resulta otra razón. Y muchas veces enfermedades previas de la gestante que ponen en riesgo su salud pensando en un trabajo de parto prolongado como es el caso de una hipertensión que no se puede controlar con medicación.
Durante el trabajo de parto puede haber situaciones que desencadenen la decisión de que el bebé tenga que nacer mediante una operación. Los casos pueden ser desde la intolerancia de la persona embarazada de sostener un trabajo de parto, que el bebé dé signos de agotamiento, un sangrado que nos haga pensar que quizás la placenta se está desprendiendo, que el bebé no realice el mecanismo de parto dentro del útero para poder ubicarse correctamente y nacer, hasta malas posiciones del bebé. El profesional va controlando si surge alguna de estas causas durante la labor.
La idea de “violencia obstetrica” se relaciona con, según la OMS, “el trato irrespetuoso y ofensivo durante el parto en centros de salud” (2) ¿Qué consejos les darías a las gestantes para evitar dicha violencia?
La violencia obstétrica se combate con la información. Una persona informada tiene herramientas para defenderse de situaciones invasivas. Dentro de la información se encuentra el conocimiento de las instituciones cuya asistencia es respetuosas de lo fisiológico.
Para ampliar este tema, debo decir que la violencia obstétrica es parte de la violencia de género ejercida tanto por hombres como por mujeres. Las rutinas y los protocolos que no consideran a la gestante ni a la criatura como sujetos de derecho son situaciones violentas. Toda la información que se brinda tiene como objetivo empoderar a la embarazada para que en sus decisiones ella pueda corroborar que es atendida dentro de un marco de respeto.
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